Violencia Obstétrica: Un llamado a la empatía y el respeto durante el parto

El momento del parto y el nacimiento es uno de los eventos más significativos en la vida de una mujer y su bebé. Sin embargo, en ocasiones, algunas mujeres experimentan situaciones en las que sienten que no han sido tratadas adecuadamente durante este proceso tan íntimo y vulnerable. Como experta en psicología perinatal, me gustaría abordar el tema de la violencia obstétrica y su impacto en la salud mental y emocional de las mujeres. Soy Anaïs Barcelona, psicóloga clínica infanto-juvenil y familiar especializada en salud mental perinatal.

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Violencia obstétrica: Definición y repercusiones

La violencia obstétrica se refiere a las prácticas y conductas llevadas a cabo por profesionales de la salud durante el embarazo, el parto y el puerperio, que pueden resultar violentas o ser percibidas como tales. Es importante destacar que no se trata de una violencia ejercida intencionalmente, pero sí puede tener un impacto significativo en la experiencia de la mujer.

Durante el parto, es común que las mujeres experimenten altos niveles de estrés y ansiedad, lo que puede interferir en el proceso mismo. Para favorecer un entorno propicio para el parto, es fundamental que las salas de parto sean acogedoras, con una iluminación suave, temperatura adecuada y un número reducido de personas presentes. Además, el acompañamiento de una persona de confianza resulta fundamental. Los profesionales de la salud encargados de atender los partos, como las matronas y los ginecólogos, deben intervenir lo menos posible, mostrando cercanía, respeto y consideración hacia la mujer y su bebé.

Reconociendo la violencia obstétrica

A menudo, tanto los profesionales de la salud como las mujeres que han sido víctimas de violencia obstétrica pueden tener dificultades para reconocer esta situación. Puede llevar meses o incluso años para que una mujer se dé cuenta de que ha sido víctima de este tipo de violencia. Algunas señales a tener en cuenta son si la mujer vivió el parto como una experiencia negativa o traumática, si se sintió infantilizada o humillada durante el proceso.Consecuencias de la violencia obstétrica

La violencia obstétrica puede tener repercusiones tanto físicas como emocionales en las mujeres. Además, afecta otras áreas de sus vidas, como la relación de pareja, la sexualidad y las relaciones sociales. Es común que muchas mujeres desarrollen un miedo excesivo a volver a pasar por un parto hospitalario y, en algunos casos, decidan no tener más hijos por temor a enfrentarse nuevamente a esa experiencia.

Desde el punto de vista psicológico, la violencia obstétrica puede desencadenar depresión postparto, trastorno de estrés postraumático (TEPT) o cuadros de ansiedad. El parto traumático puede generar sentimientos de miedo, indefensión y terror, y va acompañado de pensamientos intrusivos, flashbacks y pesadillas. En estos casos, las mujeres necesitan recibir ayuda y apoyo por parte de un psicólogo perinatal especializado.

Prevención y tratamiento

Es fundamental visibilizar la violencia obstétrica y trabajar en su prevención. La formación en perspectiva de género, la sensibilización de los profesionales de la salud, la inclusión de más profesionales en las salas de parto y la implementación de programas de apoyo para las mujeres afectadas son aspectos clave para erradicar esta problemática. Estos programas deben enfocarse en ofrecer a las mujeres un espacio seguro para compartir sus experiencias y sentimientos con otras mujeres que hayan pasado por situaciones similares. Asimismo, el acompañamiento psicológico adecuado es fundamental para superar el trauma obstétrico.

Conclusiones

Es importante reconocer que la violencia obstétrica existe y tiene un impacto significativo en la vida de las mujeres y sus familias. Alzamos la voz para fomentar el diálogo y promover prácticas más respetuosas y empáticas en el ámbito de la atención obstétrica. Si crees que has sido víctima de prácticas poco respetuosas durante tu parto, te animo a solicitar una explicación por escrito al hospital y buscar apoyo profesional para superar el trauma obstétrico. Juntos, podemos trabajar hacia una experiencia de parto más respetuosa, segura y satisfactoria para todas las mujeres.